Hay tartas que, para bien o para mal, forman parte ya de la tradición repostera universal, y un ejemplo claro es la selva negra. Por supuesto, todos sabemos que su origen es alemán y que es la joya de la corona de la gastronomía de este país, pero también que es posible probar este postre a base de bizcocho, nata y cerezas en cualquier lugar del mundo.
Y quizá por eso sea fácil infravalorar su sabor, pensar que es demasiado complicado de hacer o preferir un dulce más innovador. Sin embargo, si esta tarta ha conseguido fama mundial es por algo, y el calendario Santos para el mes de noviembre lo recuerda con esta propuesta de cuidada presentación, que reinventa la receta clásica con un toque contemporáneo.
¿Cómo preparar una tarta selva negra que se convierta en un placer para todos los sentidos?
Ingredientes
Para el bizcocho
- 3 moldes desmoldables de 18 cm
- 130 gr de harina de repostería
- 20 gr de maicena
- 170 gr de azúcar
- 10 gr de café instantáneo
- 20 gr de cacao en polvo
- 6 huevos
- Mantequilla
Para el relleno
- 1 vaso grande de kirsch
- 1 bote de cerezas en almíbar
- 1/2 vaso del almíbar de las cerezas
- 600 gr de nata para montar
- 2 cucharadas de queso crema
- 100 gr de chocolate negro para postres
- Un puñado de cerezas
Preparación
Comenzaremos por hacer los bizcochos, lo que apenas lleva tiempo (se pueden incluso preparar con antelación y dejarlos reservados envueltos en papel de aluminio). Al hacer tres bizcochos iguales en los tres moldes de 18 cm evitamos después tener que efectuar un corte para montar el pastel, y logramos además una tarta más alta y con un aspecto más estilizado.
Para prepararlos, precalentamos el horno a 210ºC, forramos con papel de horno la base de los moldes y barnizamos los lados con mantequilla para evitar que se peguen.
Mezclamos los huevos con el azúcar y ponemos la mezcla al baño maría, batiéndola con un batidor de mano durante dos o tres minutos, y seguimos batiendo a mayor velocidad una vez retirada del baño maría. Cuando logramos conseguir una crema espesa, añadimos lentamente, y sin dejar de batir, la harina, previamente tamizada con la maicena, el cacao y el café.
Vertemos el resultados en los tres moldes, procurando que la distribución sea homogénea. Horneamos 5 minutos a 210ºC y 10 minutos más a 180ºC. Sacamos del horno y dejamos enfriar.
Preparar el relleno y construir la tarta ya resulta más laborioso, pero solo porque debemos ser cuidadosos a la hora de unir las distintas partes de la misma.
Así, por un lado debemos preparar las virutas de chocolate, derritiendo el chocolate negro para postres en el microondas o al baño maría. Una vez derretido, lo extendemos con una espátula formando una capa muy finita y dejamos enfriar hasta que endurezca. Cuando empiece a estar duro, empujamos el chocolate con un cuchillo para irlo levantando, y si está en el punto de temperatura adecuado, él mismo irá curvándose y formando las virutas. En el caso de que esté aún demasiado caliente esto no ocurre, por lo que es cuestión de ir probando, sin dejar nunca que se enfríe en exceso, ya que en ese caso rompe. Una vez creadas las virutas, reservamos.
La nata debemos montarla con el azúcar cuando ya vayamos a preparar la tarta. Podemos añadir también el queso crema para darle más consistencia y que aguante mejor el peso.
Para montar la tarta, ponemos un bizcocho en la base, lo mojamos abundantemente en el kirsch y el almíbar (en el caso de que haya comensales infantiles, podemos prescindir del licor) y nos aseguramos de que quede bien jugoso. Lo cubrimos con una capa generosa de nata y unas cuantas cerezas bien escurridas. Después hacemos el mismo proceso con una nueva capa de bizcocho, nata y cerezas, y lo repetimos una última vez con la tercera capa del bizcocho, idealmente empleando un aro para evitar que se nos tuerza. Por encima, decoramos con virutas de chocolate y cerezas frescas. ¡El resultado es espectacular!
Te encantará si…
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- Te gusta el sabor de las tartas tradicionales a base de bizcocho, pero buscas darles un aire más actual
- Aprecias una sobremesa que suba la temperatura de los días más fríos y lluviosos
- Tienes invitados a comer y quieres impresionarlos con un postre casero con una presentación muy vistosa
- Eres aficionado a la repostería y te encanta invertir tiempo en probar nuevas recetas
- Precisas una tarta que aguante bien de un día para otro
- No renuncias a darte un capricho al acabar de comer, o en la merienda
Si quieres ver más imágenes del proceso de elaboración de la tarta selva negra, puedes hacerlo en el blog Sweet & Sour. Esperamos que disfrutes mucho preparándola (y degustándola) con los tuyos.