Las cocinas con cerramientos de cristal consiguen aunar la luminosidad de los espacios abiertos con la independencia de las estancias cerradas. Se consigue así una cocina semiabierta que disfruta de conexión visual, pero que además se puede aislar cuando se desea.
Los tabiques y puertas de cristal se están viendo muchísimo estos últimos años, tanto en cocinas grandes, donde contribuyen a crear zonas de día diáfanas y contemporáneas, como en cocinas pequeñas, donde esta solución contribuye a ampliar visualmente el espacio.
Mostramos ahora algunos proyectos que esperamos te sirvan de inspiración si estás pensando en abrir tu cocina al salón a través de unas puertas o un tabique de cristal.
Una cocina acristalada sofisticada y elegante
En este proyecto, el cerramiento de puertas correderas funciona casi como un tabique de cristal de la cocina, ya que ocupa prácticamente toda la pared. Así, la zona de trabajo está conectada visualmente en todo momento con el comedor y el salón, formando una única gran estancia abierta, pero al mismo tiempo, pudiendo mantener olores o ruidos aislados.
Cocina y salón, separados por un cristal
Esta cocina con puerta acristalada al salón-comedor se integra totalmente en la zona de día, ya que la puerta corredera se desliza por completo, dejando la cocina abierta al resto de la casa. Al contar con un marco blanco, además, parece mimetizarse con paredes y techos, frente a otros cerramientos acristalados que se decantan por un diseño más decorativo.
Cocina acristalada a comedor con un estilo muy actual
Situar juntos la cocina y el comedor facilita considerablemente el servicio y retirada de cubiertos, por eso es habitual que se ubiquen, o bien en la misma estancia, o en habitaciones contiguas. Las puertas correderas acristaladas proponen una solución intermedia. Estas en metal negro y cristal, con perfiles extra finos, aportan un toque contemporáneo que da carácter al espacio.
Una cocina semiabierta blanca y ligera
Un ejemplo del juego que dan las puertas acristaladas en las cocinas pequeñas, lo vemos en la foto anterior. La estancia, que cuenta con tan solo 8,5m2, y carece de una entrada directa de luz natural, evita generar una sensación de encierro gracias a su puerta acristalada, que da a la entrada de la vivienda.
Una cocina abierta con cristalera al jardín
Esta cocina cuenta con una atmósfera luminosa y estival, que invita a disfrutar del día a día con la calma propia de las vacaciones. Esto se debe a sus grandes ventanales, sus espacios diáfanos, pero también a su conexión con el jardín, tal y como vemos en la siguiente imagen.
En esta cocina abierta la cristalera no se abre al resto de la casa, sino al exterior. Así, la zona de trabajo comunica directamente con el jardín, logrando difuminar las fronteras entre “dentro” y “fuera”.
Cuando además el patio o jardín goza de vistas privilegiadas, resulta especialmente pertinente conectarlo a la cocina a través de grandes puertas y ventanales acristalados, de forma que se pueda disfrutar del paisaje mientras se realizan las tareas cotidianas.
Lo vemos en este proyecto, en el que además, dispusimos la barra de forma que es posible desayunar o tomar un tentempié mirando a la catedral.
Por supuesto, no solo las cocinas que dan a un gran jardín pueden disfrutar de las ventajas de una gran cristalera. Este elemento también puede conectar la vivienda con una terraza o balcón, de forma que se multiplique la luminosidad en la estancia.
Una cocina cerrada con cristal y hierro
Esta cocina, situada en un extremo de la zona de día de la vivienda, se separa del resto gracias a un elegante cerramiento en hierro negro y vidrio. En este caso, se deja la parte inferior de las puertas correderas ciega, lo que contribuye a dar cierta privacidad a la cocina. Sin embargo, la parte superior acristalada conecta los distintos espacios, y favorece la circulación de la luz natural por toda la casa.
Una cocina con terraza acristalada
Como ya vimos, el cerramiento de cristal de la cocina también puede servir para separarla de una terraza o zona exterior. En verano, la puerta puede abrirse para disfrutar del aire libre también en el interior de casa. En invierno, la cocina queda protegida del frío, pero disfrutando de la luminosidad de un espacio exterior. ¡Todo ventajas!
De la misma manera, ubicar la cocina junto a la piscina y la zona exterior, solo separadas por cristal, permite conectar ambos ambientes, algo que resulta muy útil cuando se reciben visitas o se quiere celebrar una fiesta en la casa.
En definitiva, cocinas de estilos muy diversos pueden disfrutar de la luminosidad y amplitud visual que aporta un cerramiento acristalado. Está claro que esta opción también tiene sus contras, pues la cocina ha de mantenerse siempre limpia y ordenada, y el aislamiento de la misma nunca será total, pero cada vez son más los clientes que valoran poder estar en su cocina independiente, gozando de la sensación diáfana de un espacio abierto. En cuanto a los propios cerramientos, los hay de innumerables estilos, formas, materiales y precios, por lo que es fácil encontrar uno que se adapte a cada cocina.
Lo más habitual es elegirlos de vidrio y hierro o metal, pero también los hay en madera y cristal. Además, el marco puede ganar protagonismo o, por el contrario, reducirse a la mínima expresión para casi desaparecer.
En cualquier caso, si buscas ideas de cocina con cristalera, te animamos a pedir cita para consultarlo con nuestro equipo de interiorismo. ¡Estarán encantados de diseñar un proyecto a medida para ti!