En días de frío como los que estamos viviendo es importante empezar la jornada con mucha energía. La propuesta del calendario de cocinas Santos para el mes de febrero no solo nos llenará de vitalidad, sino que además es deliciosa, saludable y muy completa: receta de Granola casera.
Inventada por el médico estadounidense James Caleb Jackson en 1863, la granola es una mezcla de copos de cereal –tradicionalmente avena–, a la que se incorporan miel o sirope de arce, así como frutos secos y semillas. Los ingredientes se hornean hasta encontrar su característico punto crujiente. Además, una vez preparado, podemos incorporar frutas desecadas (pasas, arándanos, dátiles…), pepitas de chocolate, e incluso, si lo vamos a consumir inmediatamente, fruta fresca.
¿Te animas?
Ingredientes
- 300 gr. de copos de avena
- 75 gr. de almendras laminadas
- 45 gr. de pipas de girasol
- 45 gr. de pipas de calabaza
- 5 gr. de germen de trigo (opcional)
- 1/2 cucharadita de canela en polvo
- ¼ de cucharadita de sal
- 30 gr. de mantequilla derretida
- 120 ml de sirope de arce
- 1 taza de frutas desecadas o gotas de chocolate
- Yogur grueso, tipo yogur griego, o labneh
- Unas hojas de menta fresca (opcional)
Preparación
Para empezar, precalentamos el horno a 165º, con calor tanto arriba como abajo. Forramos una bandeja con papel de horno, o bien la engrasamos con mantequilla.
Incorporamos a un bol grande los copos de avena, las almendras laminadas, las pipas, el germen de trigo (si optamos por usarlo), la canela en polvo y la sal. Mezclamos bien.
A continuación, derretimos la mantequilla y mezclamos con el sirope de arce. Añadimos a los copos y frutos secos, asegurándonos de que todos los ingredientes secos queden bien empapados. Lo mejor es hacerlo en dos o tres veces, para repartir adecuadamente la mezcla.
Vertemos sobre la bandeja de horno, que situamos a media altura dentro del horno precalentado. Esperamos hasta que nuestra granola esté bien dorada, pero vigilando para que no se queme. Cuanto más tostada, más crujiente resultará. El tueste se alcanzará aproximadamente en 30 minutos. Es importante además remover de vez en cuando la mezcla en el horno para evitar que se apelmace.
Una vez lista la granola, retiramos del horno y dejamos enfriar la bandeja sobre una rejilla. Puede que aún esté húmeda y pegajosa cuando la saquemos. Nos toca esperar para que se vaya secando y adquiriendo una textura crujiente a medida que se enfríe. Debemos aprovechar mientras esté templada para deshacer los trozos grandes que hayan quedado, ya que la granola debe llevar los copos sueltos.
Cuando nuestra granola esté completamente fría, la introducimos en un frasco hermético y la metemos en la nevera, en donde podremos conservarla durante varias semanas en un estado óptimo.
Para degustarla, servimos sobre una capa de yogur grueso, tipo yogur griego, o labneh. Además, podemos añadir fruta fresca o desecada, unas hojas de menta, unas pepitas de chocolate… ¡lo que nuestra imaginación y gustos nos sugieran!
Si quieres ver más imágenes del proceso de elaboración de esta receta, puedes hacerlo en el blog Sweet & Sour. Esperamos que disfrutes de esta propuesta, adecuada tanto para conseguir la energía necesaria en un día activo en la nieve o la montaña, como para un delicioso desayuno en familia.