Estas últimas semanas todos hemos sentido la necesidad de reinventar nuestro hogar. Con la pandemia de la Covid-19 y la permanencia obligada en casa, muchos han tenido que buscar algún rincón en el que ponerse a trabajar, otros han creado un hueco para un gimnasio improvisado, y otros han arrimado alguna mesita a la ventana más iluminada de la casa para soñar que tomaban un vermú en una terraza.
Está claro que no todas las experiencias son iguales, y que es diferente contar con un pequeño terreno que con un exiguo piso sin apenas entrada de luz natural, pero, en cualquier caso, sacar más partido a la vivienda se ha convertido en algo fundamental. Desde un punto de vista práctico, pero también en beneficio de nuestro propio bienestar, el hogar debe actuar como un cálido refugio. Como un lugar donde poder desconectar y evadirse de la realidad en un momento tan delicado como el que estamos viviendo actualmente.
La cocina no es ajena a esta situación y, si en los últimos años ya era tendencia buscar espacios versátiles, conectados y que fueran mucho más allá de la clásica estancia para almacenar y preparar la comida, ahora mucho más. Sin duda, el principal uso de la cocina es ese, que además, estos días estamos explotando al máximo. Hasta los menos cocinillas se han visto tentados a probar nuevas recetas, crear con sus propias manos pan casero, hacer algún plato en familia o preparar una deliciosa tarta (ante la imposibilidad de celebrar el cumpleaños fuera de casa).
Pero ¿qué otras ideas o usos podemos descubrir y experimentar en la cocina?
La cocina como zona de trabajo
Muchos de los que estas semanas están teletrabajando desde casa no estaban acostumbrados a hacerlo, y por lo tanto, carecían de ese despacho en el que poder aislarse de la familia y concentrarse en las tareas laborales. La recomendación general es intentar evitar trabajar desde el dormitorio, y buscar un lugar tranquilo y no muy frecuentado.
Sin duda, trabajar en la cocina a horas puntas no parece responder a esa definición, pero si el resto de la familia suele hacer vida en el salón, es posible que la cocina, una vez se ha acabado de comer y recoger, esté tranquila. En caso de que sea posible, es mejor evitar usar la mesa principal, y decantarse por poner otra mesita, con una silla ergonómica, en alguna zona luminosa de la habitación.
En caso de que el objetivo sea mantener el despacho permanentemente, es posible buscar alguna manera de separar la zona de oficina del resto de la cocina, como por ejemplo, con un biombo o incluso una puerta corredera.
La cocina como zona de estudio
Estudiar en la cocina, especialmente cuando es amplia, puede proporcionar un espacio tranquilo, alejado del bullicio natural de una casa donde conviven varias personas.
En el caso de los niños más pequeños, facilitarles una superficie sobre la que hacer los deberes en la mesa o en la barra de la cocina permitirá echarles un ojo mientras se cocina, o se toma algo, pudiendo así ayudarles de forma sencilla cuando sea necesario (o incluso vigilar que efectivamente estén haciendo los deberes y no mirando a las musarañas).
La cocina como zona de juegos
Incorporar una zona de juegos en la cocina es otra muy buena idea, más allá de esta situación temporal. Así, se puede estar con los peques mientras se prepara la comida, se recoge, o se picotea algo. Dejar unos cuantos juguetes en un rincón de la cocina, ayudará a que los niños se mantengan ocupados y dejen trabajar a los mayores con más tranquilidad. Conviene elegir una zona alejada de la de cocción y hornos, y colocar un baúl con algunos de sus juegos favoritos y una alfombra que los aisle del frío del pavimento.
Otra ventaja de jugar en la cocina es que resulta menos doloroso mancharla : plastilinas, pinturas de manos y demás manualidades suelen dejar muchos restos… y el suelo de la cocina suele ser fácil de limpiar, además de contar con el fregadero siempre a mano para poder ir lavando sobre la marcha.
La cocina como espacio huerto
Disponer de un huerto propio, en el que poder recoger los tomates justo antes de cortarlos para una ensalada, es un sueño bucólico que muchos tenemos. A falta de jardín, un balcón o terraza soleado puede funcionar muy bien como sucedáneo, pero incluso la cocina puede convertirse en un espacio perfecto para un mini-huerto de interior. Eso sí, es preciso contar con una estancia bien iluminada y bien orientada (que reciba mínimo 4 horas de sol diarias). Además, hay que colocar las plantas en la cocina alejadas de todas las fuentes de calor extra (como radiadores o electrodomésticos) y dar prioridad a productos que se adapten al cultivo en interior.
Una pared soleada puede convertirse en un perfecto jardín vertical en el que cultivar lechuga, rúcula, perejil o albahaca, una opción especialmente pertinente para las cocinas más pequeñas. En caso contrario, se puede habilitar alguna esquina junto a la ventana para colocar las distintas plantas en sus macetas y maceteros. En cualquier caso, se recomienda cultivar variedades que permitan la cosecha continuada y que sean de pequeño tamaño (como los tomates cherry o las variedades enanas de judías y guisantes).
Además de su funcionalidad evidente, el huerto te permitirá dar un aire más natural y acogedor a tu cocina, lo que contribuirá a bajar tus niveles de estrés y aumentar tu sensación de bienestar.
La cocina como zona para reunirse en familia
Se trata de otra de las funciones básicas de toda cocina, y así, lo habitual, siempre que se cuenta con espacio para ello, es incorporar una mesa de comedor con sillas. Comer en la cocina resulta práctico por innumerables razones, desde la cercanía de todos los utensilios que se puedan precisar, hasta la facilidad de limpieza. Además, la cocina funciona así como corazón del hogar, un lugar en el que se preparan las comidas, donde se degustan, y donde se alargan las sobremesas.
En las estancias más reducidas, una barra puede hacer el mismo servicio, proporcionando una zona cómoda sobre la que desayunar o picar algo. Las cocinas con isla también suelen incluir una barra, que permite además que otros miembros de la familia acompañen a aquellos que están cocinando, pudiendo al mismo tiempo trabajar, estudiar o tomar un café cómodamente sentados.
La cocina como zona de entretenimiento y relax
Las barreras que tradicionalmente separaban las zonas de trabajo de las de ocio se están difuminando, y la cocina contemporánea, como ya dijimos muchas veces, se concibe como un lugar multifuncional, que compartir y disfrutar. Esto se hace especialmente evidente en los espacios abiertos, en los que la cocina se comunica con el salón, el comedor e incluso otros ambientes.
Pero también en las cocinas cerradas puede haber lugar para el entretenimiento. Hay que tener en cuenta que para mucha gente, cocinar es más una afición que una necesidad. Gozar de un buen disco mientras se prepara la comida, ver un capítulo de la serie favorita en la tablet mientras se hornea alguna receta o escuchar las noticias a la vez que se friega, ayuda a hacer de las tareas cotidianas un momento de desconexión.
Incluso se puede ir más allá, y poner en la cocina una pantalla y un proyector para ver películas a gran tamaño, incorporar algún sofá, crear una zona chill-out o instalar una barbacoa de exterior, tal y como hemos visto en estas fotos. Todo depende de las características de la cocina y, sobre todo, de los intereses y hábitos de aquellos que van a usarla.
Por eso en Santiago Interiores nos gusta conocer al detalle los gustos, preferencias y maneras de vivir de cada cliente antes de realizar un proyecto. No dudes en solicitar cita con nuestro equipo de interiorismo, estarán encantados de diseñar una cocina a medida para ti.