De piso antiguo a hogar confortable y moderno

Se trata de un antiguo piso de 200 metros cuadrados al que la familia, un matrimonio maltés con tres hijos, supo ver el potencial desde el primer momento. Antes de la reforma, la vivienda mostraba evidentes signos de desgaste y contaba con un número excesivo de estancias en las que múltiples materiales y acabados chocaban entre sí. Sin embargo, tuvieron claro que, con los cambios pertinentes, podrían convertirlo en un hogar cómodo y acogedor en el que disfrutar de sus frecuentes visitas a la ciudad.

Para lograrlo, confiaron en el estudio Myka Deco, quienes les ayudaron a eliminar los tabiques innecesarios, creando espacios más amplios y confortables. Además, se redistribuyó por completo el interior de la vivienda: de un lado, se situó la zona pública, compartida por recibidor, cocina con anexo, comedor, salón y aseo. Del otro, se dispusieron los espacios privados: dos suites, dos dormitorios, un baño y un despacho.

Cocina, comedor y salón comparten una enorme estancia en la que las numerosas ventanas no solo ofrecen abundante luz natural, sino también unas privilegiadas vistas hacia la Cidade da Cultura.

En uno de los extremos de la estancia se dispuso el salón, separado visualmente del comedor, que se encuentra en el centro de la zona de día, por un sofá. De la misma manera, la zona de trabajo se ha delimitado con unas puertas correderas acristaladas con perfiles finos de hierro negro; de esta forma, es posible aislarla sin perder en ningún momento luminosidad ni conexión visual.

Los tres ambientes comparten la misma gama cromática, con gran protagonismo del color negro y de la madera de nogal, lo que da como resultado una atmósfera muy sofisticada.

Además, la estancia conserva ciertos elementos distintivos de la edificación original, como las paredes de piedra, las contraventanas de madera o los techos altos. Eso la dota de una gran singularidad, mientras que el equipamiento actual permitió adaptarla a las necesidades de una familia de hoy en día.

En el centro de la cocina se sitúa la isla, destinada únicamente al área de preparación de los alimentos. Cuenta además con una barra y dos taburetes que permiten desayunar o tomar un tentempié rápido sin necesidad de desplazarse al comedor. En su parte interior, incorpora tres módulos bajos de servicio que amplían la capacidad de almacenaje, mientras que en la externa, un panel en acabado madera Nogal aporta calidez, además de conectar con el interiorismo del resto de la zona de día.

En paralelo a la isla dispusimos un lineal que combina armarios bajos, altos y columnas, en el que se han reunido las áreas de lavado, cocción y electrodomésticos, además de múltiples opciones de almacenamiento.

El amueblamiento arranca con una columna portaprovisiones seguida de la zona de lavado, ubicada estratégicamente bajo la ventana para poder aprovechar la entrada de luz natural. En este segmento incluimos el lavavajillas integrado y un módulo portafregadero con cubos de reciclaje, que facilita la separación y clasificación de residuos.

A continuación, encontramos la zona de cocción en la que incorporamos, en la parte baja, dos módulos cajoneros y un portaplaca; y en la superior, tres muebles altos de servicio. La parte intermedia la cubrimos con un elegante panel en acabado madera Nogal que combina con la trasera de la isla e incluye tomas de corriente.

El lineal lo cerramos con una columna portahornos y otra que integra el frigorífico combi. Tanto los armarios altos como los columnas tienen una altura que hace posible aprovechar al máximo la capacidad de almacenaje. Las zonas más elevadas de este amueblamiento se convierten así en el espacio idóneo para guardar elementos de uso poco frecuente.

Para completar el equipamiento colocamos, en perpendicular a la isla, un mueble desayunador. Está formado por un módulo cajonero con encimera, perfil de iluminación LED y tomas de corriente, que conforman una zona de trabajo adicional muy adecuada para usar pequeños electrodomésticos sin necesidad de cambiarlos de sitio.

En el espacio superior, un panel con baldas, nuevamente en acabado Nogal Tierra, permite organizar piezas de vajillas u otros utensilios de la cocina. Además, esta composición se completa, en el lateral, con una discreta columna portaprovisiones en la que guardar todo lo necesario para la primera comida del día.

El predominio del color negro en el mobiliario, así como el uso de muebles de líneas puras y frentes lisos, nos permitió integrar de forma totalmente natural la cocina en la arquitectura e interiorismo de la vivienda. Esto se ve reforzado por el uso del mismo suelo en toda la zona de día.

Desde la cocina, una puerta da acceso a una pequeña estancia que decidimos aprovechar para lavandería y despensa, ofreciendo así a nuestros clientes un extra de funcionalidad. En este caso, al tratarse de un espacio sin ventanas, para el mobiliario se optó por un acabado en un tono más claro, pero también muy sofisticado, el Cashmere.

Distribuimos los muebles en L a lo largo de dos tabiques contiguos. De un lado, se situó la zona de colada, con una columna de lavado y secado, y un módulo portafregadero con lavadero. Sobre él dispusimos dos armarios altos, con estantes interiores y perfil de iluminación LED.

Del otro, una columna portaútiles de limpieza y tres portaprovisiones con cajones interiores ayudan a guardar la compra de forma organizada.