Una vivienda clásica con un toque renovado

El estudio de interiorismo Ideinterior fue el encargado de llevar a cabo esta tarea, realizando la reforma interior del inmueble de 124m2 en dos alturas y manteniendo el diseño de la planta original. Se buscó potenciar la sensación de amplitud generada por los techos a 3,20 m de altura, evitando elementos de decoración verticales y dando protagonismo al color blanco en todas las paredes y techos de cada estancia.

Para aportar el toque contemporáneo, y crear un elegante contraste con los numerosos detalles clásicos, se eligió un mobiliario sobrio y funcional, definido por piezas de diseño rústico e industrial. Los espacios simples, así como el equilibrio de las tonalidades, con una base neutra y acabados naturales en contraposición con la elegancia del negro, fueron algunas de las señas de identidad de esta reforma.

La cocina, que dispone de luz natural y acceso a una despensa de 4,2 m2, fue la estancia que más cambios experimentó con la reforma y ejemplifica a la perfección la dualidad entre clasicismo y modernidad. La recuperación de la lareira de piedra, así como de la parte interior de la fachada, dejó al descubierto un imponente acabado rústico, que se neutralizó con paredes blancas y suelo vinílico color arena para crear sensación de continuidad.

La lareira restaurada y el fregadero de piedra junto a la ventana comparten protagonismo únicamente con el mobiliario de cocina, dejando el resto del espacio libre. El modelo LINE LAH de Santos, de líneas minimalistas y con un acabado negro mate, logra integrarse en el espacio sin pasar desapercibido y entra en equilibrio con la textura rústica de la pared. El ambiente resultante es cálido y distinguido.

El grosor reducido de los frentes y costados, que dota a estos muebles de cocina de ligereza y elegancia, contribuyó a minimizar su impacto en la arquitectura de la vivienda sin perder capacidad ni resistencia.

Para la distribución del mobiliario de la cocina optamos por una disposición en paralelo que favorece la entrada de la luz natural. Se organizó con una composición de módulos bajos y altos a un lado, y un lineal de tres armarios columna al otro.

La primera zona acoge las áreas de preparación, cocción y fregado, y se equipó con muebles bajos con cajones de extracción total, lavavajillas integrado y mueble portafregadero. Para completar este amueblamiento instalamos ocho armarios altos horizontales, que ofrecen capacidad adicional e integran la campana extractora.

El lineal de armarios columna, por su parte, incorpora horno, microondas, frigorífico y una práctica zona de almacenaje en un espacio compacto y ordenado. Los recursos para integrar electrodomésticos y soluciones de almacenaje aportan discreción, un factor clave en una cocina tan sofisticada como esta.