Rehabilitación a Fondo

El jurado reconoció, por entonces, la habilidad de dar forma a un inmueble de solo tres metros de ancho bajo la premisa del reciclaje arquitectónico, que combina estructuras antiguas con elementos contemporáneos. Se recupera así un edificio casi olvidado que se adapta a nuevos usos y se integra en un entorno arquitectónico de gran valor, como es el casco urbano de Corcubión.

Los propietarios deseaban para esta vivienda singular una cocina de líneas puras, sin tirador y que aprovechase al máximo el espacio disponible. Dadas las dimensiones de la estancia y para garantizar la entrada de luz natural, se optó por una distribución lineal que reuniese en la única pared ciega todo el mobiliario de cocina. Además, al tratarse de una cocina abierta, era importante tratar de concentrar todos los muebles en un mismo lugar para evitar obstáculos en los desplazamientos. El modelo elegido para los frentes fue el MINOS-L lacado en color blanco. La blancura del mobiliario ayudaba a suavizar en ambiente y combinaba a la perfección con las tonalidades grises presentes en el techo y el suelo.