Un profundo proceso de reforma: conectar espacios y estilos

Durante el proceso de reforma, se recuperaron los muros de piedra originales de la construcción, de un metro de espesor. A partir de ellos, se planificó la redistribución de toda la vivienda, dándoles una gran presencia en todos los niveles de la misma. Se trata, sin duda, del elemento más característico de la casa, que, mezclado con el hormigón y las modernas escaleras, crean un magnífico equilibrio entre lo tradicional y lo contemporáneo.

Con respecto a la fachada, el equipo de 2es+ arquitectura también quiso conservar las líneas compositivas originales, unificando dos huecos de la planta baja para crear la entrada del garaje.

Para las puertas y ventanas optaron por una carpintería blanca, logrando un resultado muy armónico y conectado con toda la línea arquitectónica e interior de la vivienda.

La fachada posterior, con su terraza, jardín y piscina, se ha resuelto del mismo modo que la delantera. Además, se ha realizado una galería en la habitación principal, forrada con el mismo material presente en la zona de acceso a la vivienda, un entablado vertical de madera de iroko en acabado lasur blanco.

La cocina se dispuso en un extremo de la zona de día, abierta al patio exterior y con unas impresionantes vistas a la Catedral de la ciudad.  Cocina, comedor y salón dialogan en un espacio abierto en el que un imponente tabique de piedra vista delimita el espacio destinado a cocinar.

Para amueblar la cocina se optó por un modelo FINE Cashmere de Santos, con un diseño de líneas puras y sencillas que se integra plenamente con la arquitectura minimalista de la vivienda.

Si hablamos de distribución, se buscó sacarle el máximo partido a su planta alargada, por lo que el mobiliario se organizó en línea. En su parte central se situó el área de preparación, fregado y cocción, con una placa de inducción de Balay. La encimera Cincel Grey de Silestone y la grifería de Blanco elegidas para esta parte de la cocina consiguen crear un bloque monocromático con los frentes de nuestros muebles.

En cuanto a los módulos bajos, incluyen lavavajillas integrado, dos módulos portaplaca con accesorio platero, y un mueble portafregadero con cubos de reciclaje en la gaveta inferior. 

Los módulos altos, por su parte, cuentan con apertura plegable y un interior personalizado en acabado madera Roble Natural. El que se sitúa sobre la placa de cocción integra un grupo filtrante, mientras que los otros dos incluyen estantes interiores destinados a almacenamiento.

Bajo estos muebles altos encontramos un perfil de iluminación LED con tomas de corriente, que proporciona iluminación indirecta sobre la encimera y facilita el uso de pequeños electrodomésticos. Este perfil incorpora también un canal para equipar la zona intermedia de la cocina con prácticos accesorios como el soporte para bote multiusos, el cuchillero o la barra con ganchos, todos en acabado madera Fresno Olivo. De esta manera, podemos guardar y organizar todos los utensilios que queramos tener siempre a mano sin restar espacio en la encimera. 

Para completar el lineal, se dispusieron una serie de armarios columna ubicados en ambos extremos. A un lado, la columna portaútiles permite almacenar utensilios y productos de limpieza, mientras el armario portaprovisiones con cajones interiores resulta ideal para guardar la compra de manera organizada. Al otro lado, tres columnas integran el horno, el microondas, un frigorífico y un congelador.

Para finalizar el amueblamiento y aportar todavía un último plus de servicio, se dispuso, en paralelo al lineal, una barra realizada en laminado acabado madera Roble Natural de Santos. Esta barra ofrece una superficie extra, pensada para disfrutar de desayunos y comidas rápidas sin necesidad de desplazarse al comedor.

Justo frente a la cocina, con la única separación de los monumentales tabiques de piedra, se sitúa el comedor. Esta distribución da lugar a una cocina prácticamente  abierta al comedor y con una conexión total entre las dos zonas. Así, resulta muy sencillo pasar de una estancia a otra, trasladar la vajilla y la cubertería, o mantener a la persona que cocina integrada en las conversaciones que tienen lugar al otro lado de los tabiques.

A continuación del comedor se ha ubicado el salón, comunicado con el exterior a través de amplias puertas plegables acristaladas. Esta estancia, equipada por un amplio sofá en el que cabe toda la familia y una mesa de centro, invita a pasar tiempo charlando o tocando la guitarra, afición que comparten padres e hijos, mientras los rayos de sol se cuelan a través de los ventanales.

Así pues, toda la planta baja conforma una zona de día diáfana y equilibrada, con total conexión entre las tres estancias y orientada a la parcela que acoge la terraza, la piscina y el jardín.

En la primera planta se encuentran las zonas privadas. Subiendo las escaleras, otro de los elementos con mayor carácter de la vivienda, tenemos acceso al dormitorio principal, con su correspondiente baño y vestidor, así como a los dos dormitorios infantiles, la lavandería, un baño de uso general y una zona de estudio.

El dormitorio principal, con cama matrimonial, cabecero y mesitas en madera de roble, dispone de un gran ventanal con espectaculares vistas al casco histórico de la ciudad.

En estancias anexas se sitúan, por un lado, el vestidor, y, por el otro, el baño de la suite. Ambas siguen la línea arquitectónica general de la vivienda, caracterizada por la presencia del blanco, microcemento y minimalismo. En el baño, se realizó una hornacina en la propia pared, favoreciendo la armonía del espacio, y se continuó con la luz indirecta, presente en toda la vivienda.

Con estos mismos acabados se diseñó el dormitorio infantil: madera, microcemento y decoración austera. Además, tiene gran presencia la carpintería blanca, en este caso con unas tradicionales contras, que mantiene ese interesante juego de mezclar lo contemporáneo con toques más clásicos.

A solo unos pasos de este dormitorio, se encuentra la sala de juegos y estudio de los niños. Separados únicamente por las características escaleras, la sala de juegos se encuentra en un espacio diáfano en el extremo de esta planta, en perpendicular a las zonas privadas.

Compuesto por una gran mesa de roble hecha a medida, en este cuarto los hijos de la pareja pueden hacer las tareas del ‘cole’, así como pasar su tiempo libre leyendo o jugando en una zona que resulta fácilmente accesible para sus padres, pudiendo mantener conversaciones incluso entre plantas.

Además, esta estancia, debido a la ausencia de tabiques o puertas interiores, goza de la gran luminosidad que baña la vivienda. En un extremo de su planta dispone de un gran ventanal, mientras en el otro se sitúa una puerta con salida al exterior, en este caso a una pequeña terraza exterior. 

Esta terraza, orientada también al jardín, goza de las mismas privilegiadas vistas a la ciudad que la zona de día de la vivienda. Se conforma, así, como un rincón privado que invita a la desconexión y al disfrute al aire libre.