Espacios diáfanos para disfrutar en familia

Los propietarios, María y Pablo, partieron de una casa de los padres de él, situada frente a la costa, para transformarla en una segunda residencia diáfana, confortable y contemporánea, que se adaptara a sus necesidades y preferencias. Para lograrlo, tuvieron que afrontar una reforma integral, desarrollada por el hermano de María, el arquitecto Jorge Álvarez Sánchez. Buen conocedor de los deseos de la pareja, planteó una ampliación que contempló de manera especial su adaptación al privilegiado entorno, además de incluir nuevos servicios para hacerla más cómoda y funcional.

Tras la intervención, la vivienda se divide en dos zonas bien equipadas y organizadas: una pública con cocina, comedor y salón, definida por los espacios diáfanos, abiertos y conectados, y otra privada con dos suites, dos dormitorios y un aseo. A mayores, cuenta con jardín, terraza cubierta, barbacoa y piscina.

La cocina, situada en una espaciosa estancia de 40 metros cuadrados, se conecta con el resto de la zona de día, pero también con el exterior gracias a los amplios ventanales, que proporcionan abundante luz natural y permiten cocinar, comer o charlar con vistas al mar o a la terraza. Una puerta corredera acristalada separa la cocina de un comedor exterior, posibilitando crear un único ambiente cuando se desea comer al aire libre.

Para amueblarla, optamos por un diseño de líneas puras y sencillas, en consonancia con el estilo funcional y contemporáneo de la vivienda. La equilibrada combinación de negro y madera, enmarcada por cristaleras y tabiques blancos que la realzan, le confiere una elegancia que resulta, al mismo tiempo, cálida y acogedora, generando una atmósfera serena y muy agradable.

Pensada como un núcleo de convivencia, organizamos la cocina en torno a la isla y la barra. La primera acoge la zona de lavado y también incorpora múltiples opciones de organización y trabajo en ambas caras: cajonero, lavavajillas integrado y mueble portafregadero con cubos de reciclaje en la interior, más tres módulos bajos con estantes y sistema de apertura asistida en la exterior.

Anexo a la isla dispusimos un impresionante mesado en acabado Roble Rústico Sincro que, complementado con cuatro taburetes, funciona como comedor de diario.

Detrás de la isla proyectamos un lineal de mobiliario que acoge las áreas de cocción y frío, incluyendo dos módulos portaplaca, un armario columna portahornos, otro portafrigorífico, y un tercer armario destinado a guardar útiles de limpieza.

En la zona de cocción optamos por un conjunto de encimera y panel pared de Santos, con el mismo acabado que la barra: Roble Rústico.

Para completar el amueblamiento, equipamos la pared situada frente a la isla con una composición auxiliar en forma de L, dotándola de dos cajoneros, una vinoteca y cuatro módulos de servicio, uno de ellos abierto y con interior personalizado, igualmente, en acabado Roble Rústico Sincro.

Como detalle final, en esta zona se ha instalado una barra móvil, que ofrece un espacio adicional confortable y versátil para desayunos, picoteos y comidas rápidas.

En conjunto, la cocina destaca por su carácter práctico y funcional, facilitando que todo se encuentre al alcance de la mano a la hora de elaborar un plato, así como en el momento de servirlo o retirarlo de la mesa.

Todo esto sin olvidar el aspecto estético, ya que los propietarios cuidaron con mimo la elección de cada pormenor. No solo en lo referente al mobiliario, sino también en detalles como los accesorios o la vajilla, parte de ella adquirida en nuestra tienda, y que contribuye a dotar de encanto y carácter el día a día en la cocina.