Calidez y comodidad para el día a día

Esta vivienda forma parte de un bloque de dos adosados, diseñados por el estudio de arquitectura RVR Arquitectura. Situada en una tranquila zona residencial, cuenta con dos plantas y sótano de estilo racionalista, que sorprende por su arquitectura interior. Además, desde parte de la casa se disfruta de vistas al jardín y piscina, lo que le aporta un extra de serenidad.

Para este nuevo hogar, la familia buscaba un interiorismo acorde: espacios sosegados, confortables y equilibrados, en los que descansar del trasiego diario y gozar tanto de las tareas domésticas como de los momentos de ocio. En el caso de la cocina, tenían muy claras sus prioridades: calidad, capacidad de almacenaje, diseño, y funcionalidad. Como ya habían confiado en nosotros para su anterior piso, sabían que la filosofía de Santos respondía precisamente a esos requerimientos.

La cocina se separa del resto de la zona de día a través de una puerta corredera, lo que permite aislar el área de trabajo cuando se desea, pero manteniendo siempre la luminosidad y conexión visual. Así se favorece la comunicación e interacción para poder compartir momentos especiales con familia y visitantes.

Para potenciar la luz natural se recurre al color blanco en paredes y puertas, mientras que los detalles de madera contribuyen a generar una atmósfera muy acogedora. Un buen ejemplo lo encontramos en el suelo de parquet, que no solo aporta calidez, sino que, al extenderse por toda la planta, crea sensación de continuidad entre los distintos ambientes.

Para reforzar esa sensación elegimos para el mobiliario de cocina un diseño de líneas estilizadas y frentes lisos en acabado Blanco Innsbruck, que se integra con naturalidad en el interiorismo de la vivienda. El estilo de la misma se caracteriza por ser sencillo y moderno, pero también con carácter, en el que cada accesorio y pieza de mobiliario se ha elegido con suma atención.

El comedor se ubica justo a continuación de la cocina, minimizando los desplazamientos y facilitando las tareas de servicio y retirada de platos. Esta zona se ha equipado con varios complementos disponibles en nuestra tienda, como la mesa de roble, sillas, lámparas y floreros, que han contribuido a crear interiores coherentes y armónicos.

Para la distribución de esta cocina optamos por una organización en forma de L alrededor de una isla central. Esta acoge la zona de cocción, además de múltiples soluciones de organización y almacenaje. En su cara interior, la isla dispone de dos módulos portaplaca estructurados en tres niveles de cajones de extracción total y gran capacidad, mientras que la exterior ofrece dos bajos de servicio con apertura lateral y estantes interiores. Las tomas de electricidad se ubican en el lateral de la isla para mantenerse alejadas de las superficies con riesgo de derrames, lo que resulta cómodo, seguro y limpio.

A la isla se anexa, además, un mesado de roble con taburetes, lo que permite que toda la familia pueda reunirse para desayunar o tomar un picoteo sin necesidad de cambiar de estancia.

En paralelo a la isla se sitúa un lineal de muebles altos y bajos destinado a tareas de fregado y preparación. Reúne en la parte baja un cajonero, un módulo portafregadero y un lavavajillas integrado y, en la parte alta, tres módulos de servicio con apertura plegable. Junto a ellos se dispuso el frigorífico integrado.

En perpendicular ubicamos una composición de tres armarios columna que aglutinan, en un lineal compacto y organizado, electrodomésticos como el horno y el microondas, zonas de trabajo auxiliar y amplio espacio de almacenaje. El primero de ellos, escamoteable, cuenta con frentes que se pueden ocultar totalmente en los laterales, facilitando la visibilidad y el acceso. Su interior, personalizado en el acabado Roble Rústico Sincro, resulta muy elegante y además traza un vínculo visual con otros elementos de madera de la estancia, como el mesado o el suelo.

Con esta planificación ayudamos a minimizar los desplazamientos a la hora de cocinar y, además, el corredor libre alrededor de la isla permite que varias personas compartan tareas sin molestarse. La pizarra en la pared nos recuerda que esta estancia no solo es funcional para los adultos, sino que los pequeños de la casa también tienen un rincón de creatividad y diversión en la propia cocina, diluyéndose las fronteras entre los distintos ambientes y convirtiendo esta zona de la casa en un importante núcleo de convivencia.